viernes, 6 de junio de 2014

Hombres desnudos


No es un epítome de la lujuria. El pecado con mayores adeptos, después de la gula.

Tampoco es un intento de mostrar posturas religiosas ni del kamasutra. 

La primera vez, que recuerdo haberme impactado por el cuerpo de un hombre desnudo, fue cuando tuve que cargarlo, con ayuda de mi amigo y compañero de clase y equipo, José Julio. Eso ocurrió en la clase de Anatomía y disección. Hasta entonces solo había apreciado fragmentos. Algunos en libros que encontré en casa, relacionados al cuerpo humano, y en unas impactantes diapositivas pertenecientes a enfermedades de transmisión sexual de un libro que mi madre tenía en su laboratorio, y las veía a través de la luz solar que iluminaba junto a una ventana. Siempre pudo más mi curiosidad y nunca he considerado la desnudez como amoral.


Pero cargar al muerto, sí me impresionó. Probablemente había sido algun alcohólico, perdido hasta la muerte. Literal. Su delgadez no iba acorde al peso, y sumergir nuestros brazos aún con guantes en la tina de formol ocasionaba una combinacion de olores imposible de olvidar. Por fin, en la plancha, lo observé en todo su esplendor. Aún en esas condiciones, y lamentables circunstancias que lo habían llevado ahí, pude apreciar la belleza que esconde todo el conjunto, más que los caracteres sexuales, era todo lo que significaba para nosotros. Un cuerpo muerto que nos ayudaría a comprender mejor la vida. No niego, que me costó muchísimo trabajo despertar cada día a las 3 de la mañana para estudiar en ese entonces mi libro de cabecera. Quiroz. Perosolo así podía salir avante cada que el profesor de la clase me pediría que iniciara a exponer el tema del día. Sin duda contribuyó a mi afición por la anatomía, a fuerza de desvelos. 
Tampoco soy de palo, ni soy ajena al placer que entraña observar a un hombre desnudo. Pero, tal vez por la profesión, hay un switch que me desactiva toda idea sexual al observarles bajo ciertas circunstancias. No se adquiere por casualidad, es algo que se debe uno a sí mismo.
La siguiente ocasión en mi vida en que ví a alguien desnudo, fue cuando me salió al paso, en mi trayecto hacia la universidad. Me gusta caminar, y ahorrar en transporte. Así que acostumbraba recorrer un buen trecho, acortando distancias. Menudo susto que me he llevado. No fue su miembro viril el que  me impactó, sino la sensación de indefensión que me ofrecía la calle. Era alguien que seguramente pasaba de los 30 años, y yo no tenía ni 17. La tercera ocasión, fue de la misma manera, rumbo a CU. 
Debiera pensar, que los hombres desnudos salen a mi paso con relativa facilidad.

Ninguno de estos dos episodios hizo que me formara ideas repulsivas hacia los cuerpos desnudos masculinos, no obstante la agresión visual. En varias ciudades en donde he vivido, es muy frecuente la agresión, impunidad. Los piropos sexuales, que podrían tomarse tal vez como halagos también tienen una carga negativa. A la salida de una estación de metro, en la ciudad de México, un tipo me dijo, acercándose a mí: "qué buena teta tienes". Nunca supe si se refería a la derecha o a la izquierda. Duda existencial. Pero, podría hacer igual que como hacemos la mayoría. Evaluar nuestras circunstancias, porque la mayoría de las veces es desagradable tener a un fulano de tal sin demasiado control sobre sus palabras.

Pecaré de inofensiva. Jamás en mi vida he intentado manosear a nadie, sin su consentimiento, claro está.
También he asistido a algun centro recreativo en donde algunos hombres lucen sus cuerpos semidesnudos, y en lo personal, me parece desagradable. No admiro un cuerpo así. Tampoco fui por gusto, sino en bola, me han llevado. También he asistido a despedidas de soltera y fuera de la diversión de las situaciones chuscas que pueden provocar, realmente nunca he contemplado una relación personal con un stripper. Ni siquiera con aquél que resultó ser un poeta.


A diferencia de otras mujeres, y otros hombres, jamás he visto una película pornográfica, y respeto a quienes lo hagan y seguramente lo han de disfrutar. Yo prefiero verles en otras manifestaciones artísticas, fotografías, pinturas, o descritos en un texto, ya sea novela o literatura médica.

En cambio sí mantengo una profunda admiración por  los cuerpos desnudos, desde un torso, los bíceps no tan pronunciados, las clavículas, las manos, el espacio que hay entre la cintura y cadera, cuerpos velludos o lampiños, musculosos o lo que diría es mucho más mi tipo, los cuerpos que son dados a la lectura. Pero sobre todo, admiro la bondad cuando se ofrecen así, rendidos ante una emoción y en aras del amor.

Hoy, por coincidencia, he visto en facebook un cartel que publicó Cris Mendoza, sobre una exposición "El hombre al desnudo". Si se encuentran en la ciudad de México, aprovechen y vayan. Seguramente les faltará a ustedes tiempo para disfrutarlas más de cerca y faltarán  piezas al museo, pero creo que hace falta, admirar la belleza. Un hombre, no es solo fuerza, es también estética.




Foto: Nude Wrestling by Alex Proimos en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons.




jueves, 5 de junio de 2014

Perdón

El olvido está lejos del perdón.

He dejado atrás, lo que en otras etapas de mi vida fue/fueron antes impensables lejos de mí. A veces ha sido circunstancial, otras tantas bajo un esfuerzo descomunal y una gran voluntad.

De los últimos meses, o años, mi vida tomó giros inesperados. Los cuales agradezco. He de decir que nunca he estado preparada, me alisto sobre la marcha, y por supuesto que he salido con varios raspones.
He confiado, he amado, me he equivocado, y he perdonado. Lo más difícil no es pedir perdón, sino tener la convicción de no volver a caer en nuestros mismos errores, y por supuesto la voluntad para llevarlo a cabo.
Un perdón es una renuncia, pero también una reconciliación. Se adopta otra actitud y se adquieren aptitudes. Lo que fue, no será.

Ahora, tal vez debería comentar el chisme claro y sabroso, pero en general estoy reflexionando. No son necesarios grandes dramas. Un día, mi paciencia llegó a su límite. No suelo hacer grandes aspavientos, y a veces prefiero que no sepan lo que pienso, se horrorizarían de las palabrotas que luego cruzan fugazmente mi imaginación.

Yo no sé de muchas cosas, pero algunas veces he intentado leer sobre economía, aunque en honor a la verdad, termino echándole un ojo a algun libro que me han regalado buenos amigos y a alguna que otra nota que tengo en mi reader. Pero sumar y restar, eso sí que lo sé hacer. Así, que cuando alguien decidió hacer su corte de caja y cobrarme lo que en su imaginación le debía, me salió el espíritu empresarial del tendero que llevo dentro. Un exabrupto. Es curioso como en las relaciones personales se ajustan cuentas. Al final, los errores se han traducido en números rojos, como casi siempre sucede.

Uno difícilmente actúa mal adrede. Muchas veces se ignora. Hay que ser muy hdspm para hacerlo con ganas de fregar. Nunca intentaré excusar mis propios errores, pero nunca me he arrepentido de amar, querer hasta el tuétano, amo intensamente, a las personas, amigos. Y la han cagado. Me han lastimado. Han abusado. He perdonado.
Por supuesto que no todo sucede de la noche a la mañana. Ni es un plan macabro ejecutado durante décadas. Simplemente cambiamos, y lo que fuimos no es lo que somos. A mí no me duele tanto que no me amen, eso lo acepto con cierta facilidad, conozco la volatilidad que puede tener cierta empatía, confundida a veces con amor o cariño.Lo que me parece muy difícil de digerir es la falta de decisión, la mediocridad en las ideas y poco fundamento en convicciones. Por eso me cuesta trabajo perdonar (me), cuando sucede.

En fin, se acaba la tarde-noche de lluvia, y a mí se me antoja una cremita de mezcal. Hoy me he puesto en reposo, luego de que ayer me dormí con la esperanza de no tener la cara semiparalizada. Woody Allen deja huella, con la hipocondria. Solo ha resultado un párpado que me hace coquetear más de lo acostumbrado., pero bajándole a mi estrés esperemos que se dé por bien servido.


p.s. "me estás leyendo inútil" Epitafios S.A.




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