jueves, 29 de julio de 2010

Chuletas de cerdo en salsa de mango y ciruela

Lo que hace el ocio.

Blogs!


Les dejo un experimento, receta. Dado que no me han podido llevar al supermercado, tuve que rascar en el refri y la alacena. Lo cual demuestra que el hambre es buena consejera.


Chuletas de cerdo en salsa de mango y ciruela



Ingredientes para 4 personas.

4 chuletas ahumadas
Aceite de ajonjolí.

Salsa:
La pulpa de 1 mango, en esta ocasión utilicé la mitad de un mango petacón.
6-8 ciruelas pasas deshuesadas
1 chile chipotle en adobo
media cucharadita de ajo
3 cucharaditas de catsup
pimienta y sal al gusto

Se licúan todos los ingredientes de la salsa, con media taza de agua. Reservar

Freír las chuletas en el aceite de ajonjolí, se retiran del fuego, ahora sofreír la salsa previamente colada, comprobar el punto de sal, dejar que suelte el hervor y reincorporar las chuletas, tapar la sartén y dejar hervir por unos minutos.


Mi guarnición fue de papas con orégano para ello solo necesitan:

2 papas grandes cortadas en rodajas
orégano al gusto
un chorrito de aceite de oliva
media cucharadita de mantequilla.

Se calienta la sartén, agregar el aceite, después la mantequilla, una vez derretida se introducen las rodajas de papa, un poco de sal y orégano. Tapar y cocer a fuego muy bajo, dar eventualmente una vuelta para que se cuezan de forma pareja. No lleva más de 5-7 minutos y tendrán sus papas listas para servir.


Buen provecho, y si esto no es comida rápida y fácil, están en aprietos.

miércoles, 28 de julio de 2010

Frases por doquier


In God we trust


Alentador, ¿no?

Sobre todo cuando es el letrero que luce un microbús en su retaguardia. Desde el taxi, veía subir y bajar pasajeros en esa unidad. Sinceramente, como usuaria, esa frase me desalentaría un poco, sin embargo, está en lo correcto: hay que tener fe en todos los entes divinos cuando uno es pasajero de ciertas unidades de transporte colectivo. También no sería muy lejano pensar que el conductor traiga justo en el tablero, en letras de color oro, otra frase del estilo "diosito, cuídanos"... del conductor. Así uno se siente protegido.

La mente es extraña, bajo el pensamiento mágico que nos protege imaginariamente de todo peligro.

En fin, hacía ya un tiempo que no me regocijaba con letreros de ese tipo, y no es porque hayan pasado de moda, simplemente había dejado de observarles. Es más común entretenerse en ellos cuando se viaja por carretera, cuando a vuelta de rueda uno mata el tedio viendo las placas del camión de carga, o el tráiler de doble remolque. En la ciudad, es más difícil, lo común es encontrar toda clase de oraciones religiosas o alusiones a Dios o a la virgencita plis.

Aunque también, al menos en los taxis que acostumbro, y ya les había contado, hay uno que es fanático de las chivas del guadalajara. Así desde antes de que uno aborde su vehículo al frente dice CHIVAS. Para irse dando idea del color de la camiseta. Por dentro un baloncito y un tapiz, más el colguije con la playerita de los jugadores. Fans de pura cepa.

No sé, ahora con lo de la paginucha de FB, y que por cierto, ya van 30 despistados, agradezco el ocio. Tal vez debiera pensar en enviarles su playera, y no desentonen junto a otros fans.





Ahora que con estas páginas que permiten diseñar playeras online, como www.spreadshirt.es, igual terminan agregándole un "virgencita plis" en la retaguardia, por si tienen que subirse a un camión, o en caso muy remoto, por haber osado hacerse fans de este bló.

viernes, 23 de julio de 2010

Un click aquí y otro por allá

Ya le dí en la maraca a mi blog.

Mmmh ví que blogger cuenta con un nuevo editor de plantilla y ya le dí uso. Sí hay respaldo, pero la verdad mi anterior plantilla ya estaba tan manoseada para truquillos que ahora ya ni siquiera tienen gran ciencia, casi todo lo da blogger en un click.

Si ya lo decía yo, debí irme a la peluquería si quería algun cambio.

Mientras me ambiento a esos tonos azules, podré entretenerme en ver qué cambios importantes hubo.

Aunque ningun cambio viene mal, estoy abrigando la esperanza de que mis incómodos vecinos en estos momentos se estén mudando. O ese camión de mudanza me los ata varios años más a mi lado. El señor mal encarado, podrá dejar libre mi estacionamiento. Que ahorita no lo uso, pero para cuando lo use nuevamente preferiré ocuparme solo en mi acompañantita que en ir a pedir por favor que me dejen salir de mi casa.

No es por nada, pero no es lo mismo quedarse en casa a echar la flojera que quedarse en casa forzosamente a echar la flojera porque ninguna otra opción aplica. Ya ni los taxistas me quieren llevar si no les digo antes cuánto me falta para parir. Aplica como discriminación?. O yo debería exigirles su curso de paramédicos por si requieren hacerla de parteros?
Mi única salida el día de hoy fue a unos estudios de rutina, y la recepcionista del laboratorio me hizo la pregunta obligada de los últimos tiempos. ¿Cuánto le falta?. La "tranquilicé" diciéndole que como 2 semanas, y me responde un "con razón se le ve cansada ya".
Uh????????????

Yo que iba recién bañada, perfumada y hasta peinada. Con mi sonrisa a todo lo que da y ¿ya me veo cansada a las 8 de la madrugada?.

Triste y alicaída regresé a preparar pozole, caray, cansancios a mí!!!
Ni que me estuvieran vigilando, además, mi siesta de la tarde solo fue como de media hora.


Ya me urge andar de pata de perro, nuevamente.

O mi blog empezará a sufrir más cambios.

domingo, 18 de julio de 2010

Consejos S.A.


Para estas fechas, cuento ya con una colección inmensa de consejos acerca de maternidad, parto y puerperio; desarrollo de los 0 a 3 años. Lactancia fácil. Pañales difíciles.

No soy alguien que se moleste, ni neurotice porque me toquen la panza de embarazo, peor sería que intentaran tocarme las pechugas de lactancia!. Tampoco me irrita que me reciten su técnica más avanzada de puericultura, o sus experiencias en nacimientos de bebés. Incluso, tomo como un reto a mi paciencia, cuando me interrogan sobre si nacerá por parto o cesárea, no por la pregunta en sí, sino por el juicio posterior a la respuesta que dé. Lo veo muy sencillo, cada quién dice lo que se le ocurre, yo trato de escuchar con mesura y sensatez, o sea, en un tiempo limitado se les escucha pero no puedo chutarme todas sus historias porque también tengo cosas que hacer y lo más importante, la promesa de un mundo mejor existe, porque de todos modos haré lo que se me dé la gana. Sin duda hay perlas de la sabiduría ambulantes.


El acompañante se ríe junto a mí cuando le cuento mis peripecias recibiendo consejos al por mayor. Insiste en que me han de ver con fallo. Estamos fallos diría yo. A la mera hora ya veremos como solucionar nuestros problemas y retos como nuevos padres.
Hace unos días, bajé a la recepción de la clínica donde trabajo, para documentarme con el formulario que había rellenado previamente mi siguiente paciente. Y una persona que iba por otros asuntos, aprovechó para preguntarme la edad de mi embarazo. Con lo que se abrió la puerta a los consejos no pedidos, yo no sé como le hacía para hablar tan rápido sin respirar. Por un lado agradezco la buena intención, un curso flash de embarazo, crianza, y tips para recuperar la figura en 3 minutos, no es nada fácil. Por otro lado, yo buscaba un resquicio para escabullirme, porque no estaba en un parque, sino en mi trabajo y con pacientes por atender. No hay más que cortar por lo sano.

Lo mismo en mis historias de taxi, aunque una quiera platicar de otra cosa, la pregunta que siempre escucho es la edad de embarazo. Me preocupa que les preocupe. ¿Tan amenazante me ven?. Les entiendo, pero ya que les tranquilizo diciendo que aún faltan poco más de 2 semanas, porque eso debe tranquilizarles supongo. Paso seguido, me refinan sus experiencias paternales. Todos y cada uno de sus hijos, su llegada al mundo, peripecias en clínicas del sector salud y particulares. El asunto de los pañales es algo que cobra vida propia, por lo visto deja huellas imposibles de borrar en quienes lo han vivido. Total, la dejada y consejos por el mismo precio.

Habrá gente que evite tales episodios, con toda seguridad. En ocasiones la buena voluntad está plagada de desatinos, mitos, y no necesariamente lo que le funciona a esa persona en su experiencia le funcionará al resto del mundo, de hecho la mayoría de veces así ocurre. Yo dejo que la gente fluya, no les quito el gusto de expresar sus ideas y vivencias, ya que también es una forma de conocerles. Cuando los consejos son totalmente fuera de toda razón, mínimo agradezco su buena vibra. O cuando creen que me dirán lo que obligadamente DEBO hacer, solo sonrío. No les cambiaré su sentir, ni tampoco hay para qué romperles el corazón diciéndoles que no me importa cuanto se procuren, desde hace años tomo mis decisiones de acuerdo a mis conveniencias.

Imagino que mis consejeros al acecho podrán ya descansar, o me verán poco porque ya no circulo por las calles. Mis salidas se han limitado.
De los pendientes importantes para esta semana están el superar esta versión de mocos y lágrimas que ni es gripa ni tuberculosis, pero no termina de quitarse. Hacer un trámite para el seguro de gastos médicos. Preparar un pastel para el cumpleaños de mi acompañante. Acudir a la cita semanal con el ginecólogo. Y seguir en la calma chicha.

No se apure, desembuche su consejo si tiene ganas de hacerlo.



Foto: Cambiemos el mundo, por Jaume d' Urgell, en Flickr. Usada bajo licencia Creative Commons Attribution Non-Commercial 2.0 Generic.

sábado, 17 de julio de 2010

X files


La vida está llena de sorpresas, basta abrir el refrigerador para constatarlo.

Desde hace unos meses, me percaté de una extraña conspiración. Claro, hay que darse su importancia. No es un detalle casual. Es que para fomentar conspiparanoias, he visto una cadena de acciones, todas encaminadas a demostrarme que los tetra pack pueden convertirse en un arma letal.

Hasta hace unos años, los jugos y leche envasados, venían ya en caja, habían pasado la faceta de frasco de vidrio y dieron paso a la modernidad, ahorrando espacio y facilitando su almacenamiento. Uno solo tomaba unas tijeras, o cualquier otro objeto cortante, incluyendo los dientes dependiendo del gusto o prisa. Recortaba sobre la línea punteada, que suele ser el área más difícil de rasgar, y ya estaba, para guardar, hacía un doblez y a rogar porque durara unos días el producto, guardado en el refri.
La gran desventaja es que ese cierre era mucho menos hermético que la modalidad actual. Una tapita muy estética que en un click abre y cierra manteniendo con mejor sabor su contenido.
Pero ahí es donde se retuerce todo el asunto. Cuando la delgada lámina de aluminio que protege el interior, nada más no se abre como se supone que debería hacerlo. Y parece que a mí me tocan todos los envases con defecto. Lo de menos es abrirlo a la mala, empujando con un dedo, o ayudándose con un cuchillo. Lo peor es que un fragmento del metal se vaya en un buche.
Experiencia nada recomendable y por demás espeluznante.
Haciéndole caso a Murphy, justo me ocurrió en el peor momento posible, en el que tenía que tomar varios medicamentos y ahí voy, enfilando los botes y cajas de pastillas para ir en orden y no terminar tomando un medicamento doble vez y obviando otros. Pues en esas estaba entretenida, cuando sentí que algo me lastimó la garganta, no había mucho que pensarle, se me fue un pedazo del tetra pack al gañote, junto con el jugo y la pastilla.
De primer impulso quería darle efecto reversé, pero si ya había pasado para qué regresarlo? con riesgo de expulsar todo el pastillerío o cosas peores. Por supuesto que aflige pensar que daño tóxico pueda causar, al combinarse con el jugo gástrico, pero pues no quedó de otra que rogar porque el fragmento de fierrito algun día recorriera el mundo, siguiendo todos los caminos necesarios para llegar a los drenajes profundos.

A partir de ese episodio, nunca más le perforo sin poner especial atención en evitar que pequeños fragmentos metálicos caigan al interior. Si lo de tragaaldabas es solo un dicho, pero no hay por qué hacerla de faquir sin vocación.

jueves, 15 de julio de 2010

Aaaaaaarrancan

A descansar.

Ufff ya no veía para cuando llegaría el día de ayer, marcado en mi agenda como último día de trabajo, o inicio de mis vacaciones. Las cuales no tendrán playa, ni vodka con ginebra, tacos de pibil o mi vuelve a la vida.
Pero ya me urgía no tener que ir.
Aún ni se en qué me voy a entretener, o mejor dicho, en qué orden, y la expectativa de que tal vez puede ser 1 día o 15 de descanso me dispara la taquicardia.

Diría el acompañante que si por mí fuera yo ya estaría afuera del hospital, con mi maletita al hombro, esperando que me llegue la hora. Tal vez. Prever es una palabra clave.

Tenía toda la intención de pasar ayer por una colección de canciones infantiles, canciones de cuna y aprendérmelas para estos días. Pero como todo cierre de temporada, atiborrado y con el caos sublime. Me doy de santos de haber podido tomar un poco de agua en ciertas pausas y comer apresuradamente una torta de jamón. Ojalá el acompañante incluya esa nueva librería El sótano en nuestras diligencias del fin de semana. O sobre aviso no hay engaño. Traigo en mente una canción de Olga Guillot. A partir de la noticia de su fallecimiento, ocuparon de música de fondo esa canción y ahora se ha quedado dando vueltas en mi rocola.
Como si la pequeña requiriera dosis tempranas de intensidad y dramatismo. De cualquier modo les tendrá por sí sola.

Y bueno, ya ni las historias de taxi. Por cierto, la semana pasada a la salida de la consulta con mi médico, tomé uno para regresar al búnker. Maldito gandalla. Me cobró 70 lucas.
De todos modos le iba a pagar, pero le manifesté que su tarifa era excesiva. En otro momento podría haberme esperado pacientemente a que apareciera otro, o averiguar si hay transporte colectivo por esa zona, pero no, era el único a la redonda, y yo bufando, el tipo pensaría acertadamente, que esta gorda no está en posición de negarse. Encima quiso tomar una ruta extraña, la cual le tuve que redirigir, vaya, no tenía por que hacer más largo el viaje solo para justificar el cobro. Ha sido de las pocas veces que evito platicar con alguien, y encima luzco mi modo cortante. Al menos ha sido el granito en el arroz, del resto de taxis que he tomado en estos días no tendría queja alguna.

Eah, ya nos llegó la hora de desayunar unos huevos con tocino. Y de dejarnos consentir por mi asistente.

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